¿Por qué es tan importante que el niño decida cómo jugar?
En Cristo de la Guía creemos profundamente en el valor del juego libre: ese en el que no hay instrucciones, guías ni resultados esperados. Solo materiales sencillos, como cajas, telas o bloques, y un protagonista: el niño.
Cuando los niños deciden cómo jugar, no solo se divierten:
Desarrollan autonomía y confianza en sí mismos.
Aprenden a resolver problemas de forma creativa.
Potencian su imaginación sin límites.
Se conectan con sus intereses y emociones reales.
Este tipo de juego favorece un desarrollo emocional sano y un aprendizaje profundo y auténtico. En lugar de seguir reglas externas, siguen su curiosidad interna… y allí ocurre la verdadera magia
En nuestro Bosque de Invierno, por ejemplo, cajas y telas se transforman en lo que cada niño imagine: una cueva secreta, un cohete, una tienda o un hogar. No hay límites cuando el juego nace desde dentro.
Porque jugar libremente no es solo jugar… es crecer.