Es importante que los adultos contemos cuentos a niños y niñas. Es importante que los pequeños cuenten cuentos, a veces apoyados en materiales (objetos, piedras, libros) y otras veces a través de su imaginación.
Los cuentos, las historias, las narraciones nos transportan a mundos imaginarios, fabricados en las mentes de los oyentes. Cuanto más escuchan, más crean; cuanto más crean, más ensayan situaciones que les servirán en la etapa adulta.
Cuando cuento un cuento en clase, la primera vez sólo les regalo la historia a través de mi lectura, no ven las ilustraciones, para que cada quien imagine los personajes. Cada uno visualiza en su interior la historia que está escuchando. Enseñar a los niños a visualizar desde muy pequeños les permite desarrollar áreas cerebrales de inteligencia pura. En este momento en el que lo visual está invadido por los medios y no hay espacio visual interior, es importante cerrar los ojos y visualizar los personajes. Cuando visualizamos una historia, un cuento, ponemos nuestra parte para crear nuestros personajes internos y nuestro mundo visual.
Una vez que cada uno ha generado sus imágenes, pasamos a la fase de transformación de pensamiento en huella, en rastro, representaciones en el papel. Es un momento complejo donde se visibiliza el umbral de tolerancia a la frustración y la necesidad de algunos de perfeccionar sus producciones.
Solo cuando ya conocemos la historia, aparecen los dibujos creados por la ilustradora. Y se convierten en otros modelos presentes. Modelos que tienen el mismo valor que las producciones de cada uno, que las imágenes mentales que habían generado previamente.
Tenemos que generar situaciones para que la infancia cree historias, para que narre sus cuentos. Las primeras creaciones partirán del mundo conocido y según vayan practicando esta técnica, crearán nuevos mundos donde nacerán sus historias.
¿Qué podemos hacer para ayudarles?
Lo más sencillo es que los adultos seamos sus modelos, que nos inventemos historias, tratando de seguir una estructura. En nuestras historias siempre habrá tres elementos(como mínimo):
- el héroe o heroína (protagonista)
- su ayudante: a veces personajes fantásticos (magos, hadas, brujos…) o a veces un animal, es otro personaje que ayuda al héroe a lograr el objetivo
- un contexto donde se desarrolla
Si en casa jugamos a contar cuentos, no solo alimentaremos la imaginación de pequeños y pequeñas, sino que también desarrollarán habilidades intelectuales y emocionales: comprensión, ampliar el vocabulario, practicar el uso de estructuras gramaticales…
