El juego libre en la asignatura de psicomotricidad durante la segunda etapa de educación infantil es fundamental para el desarrollo integral de los niños. A través de esta actividad, los pequeños exploran su cuerpo y su entorno de manera espontánea, conociendo así sus posibilidades y mejorando su coordinación, su equilibrio y su control motor. El juego libre fomenta la creatividad y la autonomía, ya que los niños son libres de explorar por su cuenta sin la necesidad de seguir instrucciones estrictas. Esto no solo fortalece sus habilidades físicas, sino que también les brinda un espacio seguro para expresar sus emociones y experimentar sensaciones a través del movimiento.
Además, el juego libre en psicomotricidad contribuye al desarrollo social y emocional de los niños, al promover la interacción con sus compañeros en un entorno no estructurado. Esta dinámica potencia el trabajo en equipo, la empatía y la resolución de conflictos, ya que los pequeños deben negociar reglas, turnos y objetivos dentro de sus juegos. La libertad de movimiento y elección que ofrece esta actividad también les ayuda a desarrollar la confianza en sus propias capacidades, consolidando una base sólida para futuros aprendizajes tanto dentro como fuera del aula.