En nuestro colegio nos gusta celebrar con alegría el tierno y eterno misterio de la encarnación y nacimiento del Hijo de Dios.
Ya sea porque forma parte de nuestra cultura y tradición o por convicción, preparamos villancicos para cantar al Niño. Una forma sencilla de abrir la mirada a las realidades transcendentales.
¡Qué bueno es Dios! ¡Qué grande es su amor!