En este sentido, priorizamos conservar ciertos hábitos y rutinas de la etapa de infantil que darán seguridad a los alumnos en primaria. Realizamos todos los días una asamblea en la que actualizamos el calendario, contamos anécdotas y se da rienda suelta a la expresión oral de los alumnos. Mantenemos la asignación de encargos para la realización de las tareas cotidianas y de esta manera siguen desarrollando su autonomía y responsabilidad.
Cuidamos que el proyecto de lectoescritura continúe desde el mismo punto en que se dejó en infantil y con la misma metodología formando una base sólida y segura sobre la que seguir adquiriendo conocimientos de forma paulatina. No dejamos de leer cuentos sino que lo convertimos en un momento de potenciar la imaginación y la comprensión oral.
Los contenidos de todas las áreas del curriculum son abordados de forma globalizada y respetando la madurez y el tiempo de cada niño. Para ello son clave los equipos de trabajo, una organización que conservamos de la etapa de infantil, así como el trabajo por rincones, especialmente de matemáticas y lengua.