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Los beneficios de la psicomotricidad en un año

A través de la psicomotricidad el niño aprende a conocer su propio cuerpo y las posibilidades que le ofrece la acción porque pondrá a trabajar sus habilidades motrices. Por otro lado le animará a descubrir lo que le rodea por sí mismo y con ello verá que hay dificultades que superar y que puede hacerse de distintas formas: eso le hará no temer a los nuevos retos al tiempo que juega con otros niños.

Por lo tanto, si un niño la practica desde pequeño le ayudará a controlar mejor su cuerpo tanto física como mentalmente: cada solución a cada prueba que supera y se le plantea, le ayuda a formar su personalidad. Y, con el movimiento corporal posibilita esa relación con el entorno y ese desarrollo de su cuerpo y mente.

A través de su juego podremos ver cómo es la evolución del niño hasta llegar a la máxima capacidad de sus habilidades psicomotoras.

En las aulas de un año iniciamos la psicomotricidad de forma vivencial, se realiza en la clase, pues el niño se siente más seguro y confiado en un espacio cercano a él. El niño experimenta libremente con los módulos situados en el rincón del movimiento, la tutora solo interviene para ofrecerle diferentes situaciones de juego.

El niño de un año necesita este espacio para adquirir un mayor control de su cuerpo y la adquisición de nuevas posturas corporales, además de establecer un vínculo afectivo con la tutora y sus compañeros.

A partir del segundo trimestre, cuando los niños ya se desplazan de forma autónoma y se sienten seguros en los diferentes espacios del centro, la psicomotricidad se realiza en la sala sum.

Se pone al niño en situación de vivir emocionalmente el espacio, los objetos y la relación con el otro, de descubrir y descubrirse y así adquirir e integrar el conocimiento de su propio cuerpo, del espacio y del tiempo. Todo ello a través del juego, que es el vehículo fundamental.

El juego nos proporciona un sinfín de situaciones que nos llevan a poner en práctica nuestras habilidades, permitiendo de esta manera provocar cambios, reafirmar y complementar nuestras potencialidades en permanente desarrollo.

 

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«Si quieres construir una nave, no reúnas a los hombres para hacerlos recoger la madera, para distribuir las tareas y dividir el trabajo, sino enséñales la nostalgia del mar amplio e infinito».

 

Antoine de Saint Exupéry
Escritor y aviador francés
autor de «El principito»