Las salidas al campo son para los niños una oportunidad emocionante de continuar aprendiendo. Las excursiones en entornos naturales son una forma estupenda para ayudarles a explorar el mundo, les surgen nuevas preguntas buscando el sentido de las cosas que encuentran, y todo esto con la confianza de ir acompañados por un adulto que les guía. El mundo, de repente, tiene más sentido cuando se conectan las lecciones en el aula con experiencias en la vida real. Por todo esto, la salida a la montaña que realizamos todos los años en otoño tiene un gran valor en la vida de nuestros alumnos de primaria, también porque muchos no están acostumbrados a aventuras como esta.
Este año los alumnos de 5º han realizado una sencilla ruta de senderismo junto con los cursos de 3º y 4º en la sierra de Madrid. Justo antes de iniciarla, leyeron una carta que su amigo Explorapiráfico les había escrito. Les contaba que al final de la ruta verían un paisaje precioso, que él ya había estado allí y se alegraba de que ellos pudieran verlo también. Además, ¡les había dejado pistas por el camino!
Fue un recorrido emocionante, los niños de 5º encontraron bolsas con líquidos extraños con estudios biológicos, probaron moras riquísimas, lograron atravesar un camino imposible, contemplaron la enorme cruz del Valle de los Caídos… Y al final, sus ojos no podían creer la preciosidad que vieron… ¡El embalse de La Jarosa desde la orilla misma! Allí comieron y disfrutaron del tiempo libre. Fueron ellos los que encontraron el último mensaje de Explorapiráfico dentro de una botella: “Al igual que habéis caminado atentos durante todo el camino en busca de novedades, así deberéis vivir lo que queda de curso porque, ¿quién sabe qué otras sorpresas bonitas os deparará este año?”.