Comenzamos observando las actividades que realizan los más pequeños de la escuela, son los bebés que debido a su desarrollo evolutivo aún no pueden sentarse , por ello, las educadoras colgamos juguetes del techo para que ellos puedan acceder a los juguetes con mayor facilidad para favorecer su estimulación óculo manual y su psicomotricidad.
En la siguiente imagen podemos observar a bebes más mayores realizando la actividad del cesto de los tesoros, una actividad perfecta para que los bebes exploren el mundo que les rodea, es una propuesta educativa que da libertad a los niños para que se relacionen con distintas texturas, pesos y temperaturas de los materiales. Jugar con objetos cotidianos es el pasaporte de un bebé hacia el aprendizaje y a ellos les encanta.
Continuamos con el siguiente nivel donde observamos a los niños manipulando alimentos del otoño, en nuestra escuela nos gusta trabajar con vivencias experimentales y qué mejor forma de hacerlo que poniendo a su alcance aquello que esta maravillosa estación nos ofrece, fomentando también el juego y valores básicos como el compartir un fruto para que todos podamos tocarlo, olerlo y probarlo. La granada, un fruto para ellos peculiar, tuvo una gran aceptación, a los niños les encantó manipularla y probarla.
En el nivel de dos años se realizó una “cata otoñal” donde los padres nos dotaron de diversos alimentos de esta estación (nueces, castañas, membrillo, granada…). Los niños salieron de las aulas y observaron todos los frutos dispuestos para que ellos pudieran degustarlos, todo esto acompañado con un sonido ambiental de dicha estación donde podían identificar el sonido del viento, de la lluvia o de una tormenta con truenos, fue una experiencia muy bonita y divertida donde los niños experimentaron, probaron y disfrutaron.
