El rincón de la experimentación permite conectar al niño con el mundo físico que le rodea. Es un espacio donde los niños disfrutan mucho. En este rincón se les facilitan objetos que sugieren posibilidades y alternativas que les permitirán ir descubriendo sus propiedades y características como por ejemplo las texturas, los colores, las formas o los tamaños. A través de su manipulación y de las pruebas con ensayo-error los niños empiezan a observar algunas consecuencias; comienzan a ver las semejanzas y las diferencias que hay entre esos objetos y esto les permitirá posteriormente comparar, clasificar u ordenar.
Una vez arranca el proceso del rincón, el adulto observa de cerca proporcionando seguridad y confianza. Es curioso ver cómo algunos se enfadan si no consiguen realizar la actividad, otros sin embargo, la dejan e intentan cambiar a otro juego, cuando ocurre esto se les anima a seguir. Cuando logran finalizar la actividad, sobre todo las primeras veces, sus caras de alegría son dignas de ver y lo expresan muy orgullosos.
En función de cada niño, se les alienta a explorar los objetos o realizar la actividad y a otros se les facilitan materiales más complejos.
El rincón se va adaptando conforme avanza el curso escolar para mantener viva la ilusión del menor.